lunes, 9 de marzo de 2015

Día 8: LUNES 09 DE MARZO DE 2015



   Si esto fuera una novela este capítulo no llegaría hasta pasadas varias idas y vueltas, pero la vida real no espera. Hoy fui solita con mi alma y feliz a mi primer día de grupo de educación en la alimentación y luego al de pre y pos operados bariátricos. Los ordené así juntitos porque, si de por sí me cuesta ir una vez a la semana… más va a costarme ir varias veces, y no estoy en condiciones de enredarme yo solita porque bastante lío ya tengo.

   Al adentrarme, uno se encuentra con las caras conocidas de siempre, pero esta vez el murmullo escondido de algo poco grato oscurecía los pasillos. La cara de la gente mezclaba desconcierto con desamparo y los vientos de cambio eran palpables en la desorganización poco usual.

   Cuando uno se aventura a un recorrido como este, el de la transformación, tiene una guía, un referente, un apoyo, un sostén, un gurú, una aguja que te pincha cuando te inmovilizás, una voz que te alienta cuando te cansás, una brújula que te orienta cuando perdés el rumbo… alguien por quien lo volvés a intentar… Yo la tenía a ella, mi mentora. La impulsora a que me anime, a que lo intente, a que lo logre, y a que vuelva cada vez que fracasé. Y de pronto, a partir de hoy, ya no estaría más. Nuevos rumbos le han destinado y nueva gente llega ahora para tomar el timón de este barco que por un instante sentí hundirse. El estupor fue inevitable.

“Los seres vivos se adaptan al medio en que viven para asegurar la supervivencia de la especie.”



   Hay que saber adaptarse. La primera vez que hice el plan fui un poco más de 3 meses y bajé más de 20 kilos, hasta que un día la clínica decidió cancelar todas las obras sociales por falta de pago y por lo tanto todos los pacientes debíamos abonar nuestra consulta. Debo reconocer que no era muy alto el costo pero, como les conté, yo soy una persona con un trabajo poco ortodoxo y muy mal pago, lo que significó mi salida inminente del programa de descenso. A fuerza de empeño lo continué durante algunos meses en casa, y poco a poco se fue desvirtuando hasta convertirse nuevamente en mi viejo y pésimo régimen alimenticio. Esta vez no podía dejar que nuevamente un factor externo a mí infiriera con mi propósito. Si bien su falta se va a sentir, y mucho, yo no estaba ahí por ella… estaba ahí por mí. Así que me aferré a mi cuadernito de registro de comidas, y marché airosa con el mismo descontento de siempre a participar del grupo (yo avisé que de gordita simpática no tengo nada).

3 comentarios:

  1. ¡Bravo narradora!
    Se va palpando, a medida que avanza la historia, una fuerza arrolladora - in crescendo - que flamea en colores cálidos aproximándose, firme, al rojo intenso de la invencibilidad.

    Te estoy leyendo, y le tengo mucha fe a la piba de la historia, aquella que ha caído y ha sabido recular para tomar envión y volver a arremeter contra sus propias barreras.

    ¡Salud!

    ResponderEliminar
  2. "UN VIAJE DE MIL MILLAS COMIENZA CON EL PRIMER PASO"

    ResponderEliminar
  3. Excelente!!! Muy identificada....

    ResponderEliminar