miércoles, 11 de marzo de 2015

Día 10 – MIÉRCOLES 11 DE MARZO

   Hoy quiero todo.

   Los procesos como esto no son fáciles y aunque uno esté absolutamente convencido hay una cuestión fisiológica, psicológica, o de la puta índole que fuere que hace uno la pase mal igual. ¿Hambre? No, imposible pasar hambre con un plan de alimentación donde comés cada dos horas, mínimo seis veces al día, y a veces en porciones que ni yo puedo consumir. Esto… esto es otra cosa… no sé si llama abstinencia, o no sé si es sólo eso.

   Desconozco por completo otro tipo de adicciones y no quisiera incursionar vagamente en terrenos tan delicado, pero calculo que si uno es adicto a algo, la abstinencia es a esa cosa. Bueno, en mi caso no. No es comida lo que me falta porque de hecho estoy comiendo bastante mejor que en mucho tiempo a esta parte. La espantosa sensación se relaciona a todas esas otras cosas que uno tiene que renunciar cuando intenta recuperarse de este trastorno.

QUIERO UNA CERVEZA CON MANICITOS CHINOS.

QUIERO ALGO DULCE (aunque antes del plan, casi nunca consumía)

QUIERO UN CIGARRILLO.

QUIERO TENER SEXO.

QUIERO NO ESTAR SOLA.

   Cuando decidís cambiar de vida, de hábitos, de forma; cuando decidís tener una vida sana, un cuerpo “limpio”, un bienestar saludable y perdurable, debés renunciar a muchas cosas que te hacen mal: El alcohol es alto en calorías, no tiene ningún nutriente, fija las grasas y deshidrata, está de más decir por qué te dicen que no tomes alcohol. En realidad hay una medida de alcohol permitida, pero es vino y no me gusta. A demás, si el camino elegido es el de la operación, lo mejor es llegar con un cuerpo completamente desintoxicado. Mismo motivo por el cual prohíben el cigarrillo que es absolutamente nocivo a los pulmones y al resto del organismo.

   Lo del sexo nada tiene que ver con las indicaciones del programa, aclaro, (porque si no nadie lo haría) sólo tiene que ver con una decisión personal. Estoy en un momento en el que no tengo ganas de exponer mi cuerpo a nada ni nadie más q a mí y al tratamiento. No tengo ganas del placer efímero, más lleno de vacíos que de llenos. No tengo ganas de estar con alguien a quien después no pueda abrazar. Y ahí entra en juego la soledad.

   El problema con la soledad tiene dos caras igual de válidas. La primera, se relaciona íntimamente con el párrafo anterior: no quiero estar más sola, me cansé. Sé que todo lo que hago es por mí y para mí, que soy la única que puede hacerlo, soy consciente, lo acepto y lo aplico pero a veces uno simplemente necesita a alguien al lado, a al alguien en frente, a alguien que te mire a los ojos y sepas que confía en vos, a alguien que te agarre la mano y sepas que va a estar ahí cuando trastabilles, a alguien que de pronto te hace saber que está pensando en vos. Hace muchos años que estoy sola por motivos varios; el principal es porque quise… pero ya no quiero más. No quiero más ir al cine sola, no quiero más cenar sola, no quiero más dormir sola, no quiero más ver una peli o serie en casa sola, no quiero más vivir alegrías y complicaciones sola… no quiero más. Pero lamentablemente, eso no es algo que se pueda decidir.

   La segunda cara tiene que ver específicamente con esto último: La soledad literal. Yo soy una persona que siempre está llena de actividades: estudio, produzco teatro, dibujo, diseño, hago remeras y estoy de lleno metida en el tratamiento. Visito amigas, recibo gente, salgo. Siempre me invento algún plan para no estar sola nunca pero llega un momento del día en el que bajás la guardia, llegás a casa, con suerte no tenés cosas pendientes para hacer y… NO TENÉS NADA QUE HACER… ahí la soledad duele de manera inexplicable, pesa, molesta, pellizca, se cola en lo más hondo de uno y necesitás de toda esa intoxicación que te llena de placeres momentáneos para sobrepasarla y hacer como que no te diste cuenta. Pero uno sabe que no es por ahí.



   Así que acá estoy, encontrando nuevos placebos. Sin cerveza, sin maní, sin cigarrillos, sin sexo, sin compañía… tomando, casi por primera vez en mi vida, un vaso de coca light.

4 comentarios:

  1. Me matan tus palabras. Es verdad reflejas ĺo que siento yo tambien! Te quiero

    ResponderEliminar
  2. Me matan tus palabras. Es verdad reflejas ĺo que siento yo tambien! Te quiero

    ResponderEliminar